Creo que entre más años cumplo, me voy volviendo más espiritual. Pensar en algo más allá de esto que vemos empieza a darme confort en el alma. A veces pienso tan sólo en el universo. A veces en varios “entes”.
A veces casi que me escucho decir, “no soy católica, soy guadalupana”. Y a veces traigo una medalla de la Virgen Milagrosa, otras una Hamsa y me gusta el aire alrededor de las celebraciones a Ganesh y Kali.
Entonces siguiendo con entidades femeninas poderosas y volviendo a la “La Lupita”, hoy recuerdo a la que le pedí prestado su nombre: Coatlicue.
La diosa mexica Coatlicue, la de la falda de serpientes.
Patrona de la vida, de la muerte, de la fertilidad y el renacimiento. También conocida como Tonantzin – “nuestra madre” (y por ello su probable relación también con la después impuesta y adoptada Virgen de Guadalupe). Una diosa dual, como la vida. La madre de los mexicas y de Huitzilopochtli – uno de los principales dioses del panteón mexica y quien cuenta la leyenda, ordena fundar Tenochtitlan.
Madre de la tierra y en dualidad, también relacionada con la luna. Su representación más conocida la muestra sin cabeza y en su lugar, dos serpientes. Probablemente en representación de la dualidad o quizá representando dos chorros de sangre, que igual son vida. Esto, por haber sido decapitada en una batalla con el Sol.
En su rol de fertilidad, también es protectora de mujeres. Por otra parte, las serpientes son igualmente símbolo de ciclos, de renacimiento, mudan de piel y siguen su camino. El cosmos es cambio constante.
Todo cambia, todo se mueve. De la destrucción también se renace. La muerte siempre ve de frente a la vida. Como lo muestra el cráneo en medio de su cinturón.
Se dice que al encontrarla a finales del siglo XVIII causó temor y fue devuelta a la tierra. Los nuevos habitantes no entendían esta relación con la vida y la muerte y se le interpretaba como algo diabólico. Tardó en ser expuesta al público y actualmente se encuentra en la exposición permanente del Museo Nacional de Antropología e Historia en la Ciudad de México.
En extra: Me gustan las similitudes que veo con Kali. Quien es también protectora de mujeres y diosa igualmente de la muerte, de la destrucción y el renacimiento. Kali tiene un collar de cráneos o cabezas, Coatlicue carga con manos y corazones. Intimidad, vida, muerte… y algo de justicia.
Y ahora leo un libro donde está presente. La Coatlicue nos proteja.