El privilegio

Desarrollaré una entrada sobre esto, pero hoy sólo quiero volver a agradecer a la vida. Reconozco mi privilegio. Visité de nuevo Palestina y sólo me salieron lágrimas. Tengo un techo, comida, trabajo y sobre todo, libertad de movimiento. He visto parte del mundo y no me duermo temiendo que puedan llegar a desalojar mi casa o bombardearme.

Aunque mis problemas y dolores son válidos, observar cosas así vuelve a recordar la perspectiva y la dimensión de las situaciones. Hay gente horrible en el mundo y las cuestiones políticas son de temer. Y uno, anda aquí divagando sobre los días. Gracias, vida.

Que la gente en todos esos lados con precariedad cada vez padezca menos.

Melting pot

El lado del mundo en el que alguna vez gobernaron hititas, griegos, persas, romanos, otomanos y finalmente turcos. Y más gente viviendo, como del Maghreb, del Mashreq, judíos…

Lo que alguna fue vez fue Constantinopla y cayó ante la luna roja.

Toda una mezcla de culturas, distintas y similares a la vez. Al final, un mismo cielo. Esas culturas antiguas me sorprenden cada vez… Triste que los pleitos no acababan.

Mientras divago, sólo agradezco la posibilidad y el privilegio de seguir pisando otras tierras y seguir expandiendo mi conocimiento y así, espero, mi tolerancia, solidaridad y empatía.

Ver otros rincones del mundo es un privilegio que alimenta el alma y más cuando se visitan lugares que han sido una fuente brotante de esquemas culturales.

La globalización no es nada nuevo. Vivan las diferencias que nos hacen similares.

Pinche mágica

Me llamaste pinche mágica y sí, lo soy. Me pido perdón por haberlo dudado por un momento.

Tengo magia y hay que cuidarla.

Tengo magia y la compartiré con quiera cuidarla y honrarla.

Viva la magia de las mujeres nobles, sinceras y guerreras. Desde cualquier trinchera, intentando hacer el mundo un poco más lindo. Apoyando a otras mujeres, dando abrazos sin ser pedidos, alertas a la empatía y juiciosas con el abuso.

Mujeres que crean círculos de confianza con la tribu femenina. Que va tirando principios absurdos que nos dañan.

Mujeres que lloran, cantan, ríen, bailan, enseñan. Mujeres que se abrazan porque saben que solamente ellas son responsables de su cuidado, pero que igualmente saben ser vulnerables y pedir ayuda.

Mujeres honestas, mujeres simpáticas. Mujeres empáticas. Mujeres justas. Mujeres que aman. Mujeres que viven. Mujeres que tienen una pinche magia.

La tristeza en enojo y el ir buscando el camino de la paz mental

La tristeza en enojo.
Uno dice cosas de las que luego se arrepiente cuando está enojado.
Es un arte aprender a moderar esas vísceras. Es difícil cuando el enojo sale de la tristeza.
Curiosamente, al contrario, no creo que el enojo se manifieste tristemente.

Navegar la marea de pensamientos. Observar las reacciones. Perdonarse. Abrazarse. Que hay días buenos, mejores y otros algo grises, pero todo marcha. Mañana lo intentamos de nuevo y cada día mejor.

Y a veces puede venir un caos. La duda. Las heridas, de la infancia, de casa, e la familia, los miedos propios desarrollados… Heridas no sanadas reflejadas en dependencias de diversos tipos, en el autosabotaje y el hacerse daño. La escala es grande.

Y afortunadamente, sí puede haber una salida, hay apoyo, hay una red. Con fármacos o sin ellos, puede haber un camino. La cosa es verse, aceptarse, confrontarse. No temer ver lo propiamente obscuro. Que el primer amor es uno mismo, pero que el amor propio no debe ser irresponsable y egoísta.

Entonces también aprender a ver y aceptar nuestra responsabilidad en la correlación de un contacto. Aprender a diferenciar los factores externos de nuestro propio dolor a cuando nos exponemos propiamente a infligirnos dolor.

Hoy 10 de octubre es el Día Mundial de la Salud. Que deje de ser tabú cuidar el alma y la mente. Por gente con mayor introspección, respeto, empatía, responsabilidad afectiva, salud emocional y mental. Pedir ayuda, decir que no, tomar espacio, poner límites, etc. Lo que te ayude sin dañar al otro, así es la búsqueda de la libertad y serenidad.

(Lamentable que el acceso a la salud mental no esté disponible para todos. Tristemente cuidar de la salud mental es un privilegio.)

Ida

¿Quién es uno a través de la familia? ¿Qué pasa cuándo ni siquiera sabes que tienes familia?
¿Cuánto pesan los traumas?

Desde cuando quería ver la película “Ida” y por fin pude.

Podría de entrada parecer una película sobre las consecuencias sociales y psicológicas del nazismo, sin embargo, también da un vistazo a una Polonia comunista y aborda las cuestiones del viaje personal en la historia y la identidad.

Un día crees algo de ti y al otro descubres que eres, en teoría – ¿quizá también en la práctica? – diferente.

Por otro lado, el acercamiento al aniquilamiento de los judíos en Polonia, se aborda de una manera sutil pero cruda. El que comete el asesinato no es un general nazi, sino alguien cercano.

¿Puedes llorar mejor a tus muertos cuando sabes la verdad?

¿Qué hacer con esa verdad cuando internamente te sacude?

Un personaje aparentemente estoico y a punto de convertirse en monja, conoce a su tía, atormentada por sus propios demonios históricos y personales y refugiada en el placer.

Amabas comienzan una travesía que les reacomoda el alma. Histórica y con imágenes poéticas en blanco y negro, Ida es una película que abre en la mente cuestiones personales, aún si el tema parece lejano o extraño.

Ida – Pawel Pawlikowski – 2013

Disculpa

Me dijeron de nuevo: no te disculpes tanto. No te disculpes cuando no has hecho mal tú. No te disculpes cuando lo único que has querido es ayudar. No te disculpes por poner límites y pedir que los respeten. No te disculpes por querer arreglar las cosas. No te disculpes cuando a ti te han lastimado. Hay gente que no sabrá apreciar tus disculpas, ni tus actos, ni tus palabras. Es mejor no hacer nada en esos casos.

Antes de que se me saliera el “disculpa”, sólo me quedó abrazarlo.

Daheim

Am 3. Oktober wurde eine neue Geschichte geschrieben. Die Welt von mehreren wurde zerbrochen und dann wiedervereinigt.

Es hieß ein neuer Anfang, ein neues Leben…es hieß Frieden.

Viele von uns werden das Gefühl vielleicht nicht nachvollziehen können und es gibt bestimmt Leute, die darunter gelitten haben.

Nun sind es 33 Jahre danach und die Welt ist auf jeden Fall ganz anders. Ich hätte nie gedacht, dass ich dieses Land auch “Heimat” nennen würde. Ich kann nur “danke” sagen. Auf eine weitere Wiedervereinigung!

Nach turbulenten Zeiten, sind wir jetzt auch hier, Daheim.