Sin relevancia

De vez en cuando uno sólo quisiera cerrar los ojos y no abrirlos más. El mundo es horrible y cruel.
Acostarse o arrancar el día después de ver las noticias no es fácil a veces.
Se cuestiona el sentido de lo que uno hace, pero tampoco quiere dejar su burbuja y sus privilegios y realizar alguna actividad que sea mental y físicamente más demandante y mal pagada.
El servicio social y cívico es un acto de altruistas y valientes. Aunque no debería ser así.
El sistema nos devora.

Guerras.

Falta de agua.

Explotación.

Violencia doméstica.

Violaciones.

Asesinatos.

Se presenta una bolsa de marca, hecha seguramente en algún lugar donde su costo de producción no llega ni a la mitad de lo que se venderá. En otra parte un maestro intenta dar clase con mobiliario decadente, servir de apoyo emocional a sus alumnos, y (sobre) vivir.


Y al final uno sólo quiere paz. Para el mundo, sí. Pero sobre todo en su pequeño universo.
Al menos en ese minúsculo espacio procurar actuar de la mejor manera posible.
Se duerme rezando que la maldad y la violencia nunca lo toquen como a otros.
No sobreviviría.