Albricias

Una de mis promesas para el próximo año es escribir más. Y escribir más también de las cosas que me brindan alegría, de los recuerdos joviales, de los paisajes que me cautivan, de las risas.

Para darle impulso a mi deseo y para ir terminando el año, hoy celebro este 2022. Fue un año difícil pues me asomé a un abismo que no sabía que existía. Lidié con la decepción como no conocía que podía doler. Enfrenté la desazón y desesperación como no imaginaba que se podía sentir. Me encontré con un cierto grado de maldad que no había experimentado.

Sé que el mundo es una mierda a un nivel global, sólo que experimentar el desdén y maltrato tan cerca me agarró por sorpresa. Aunque la supuesta confusión personal no justifica actos de daño.

Pero por eso mismo doy gracias por este 2022, porque reconocí también mucho más de cerca el privilegio en el que vivo. Siempre lo ha sabido, pero este año lo vi desde otra dimensión.

Soy privilegiada por haberme rodeado hasta el día de hoy, de personas honestas y nobles. Soy privilegiada por tener una familia que aún con todos los problemas que hemos vivido, me apoya en todo. Soy privilegiada de tener una hermana que amo, que es una mujer cultivada y con introspección. Soy privilegiada porque tengo una red de amigos y de apoyo que nunca suelta mi mano.

Soy privilegiada y afortunada de haber vivido hasta hoy sin enfrentar lo que enfrenté. Ahora lo conozco y se abre otra puerta de libertad.

Y en el privilegio y el deseo de escribir sobre lo hermoso, hoy hago recuento de este año que fue particularmente más viajero.

Fue un año de descubrimientos pero también de reencuentros. De revivir memorias y agradecer.

Me reencontré con diversas ciudades y descubrí otras más. Aunque el punto álgido de este año: reencontrarme en y con Palestina y haberla descubierto un poco más, aunque sólo hay sido un pedazo de la superficie y completamente desde el privilegio turístico.

Volví a mis lugares donde amó la vida. Volví dos veces al terruño. Descubrí más del mundo con mi hermana. Sólo (me) puedo decir, gracias.

Ya empezó la planeación del próximo año, así que, ¡albricias!.

Por eso (Residuos)

Me he dado cuenta que lo duele es la maldad. De ambos. Más maldad tuya. Pendejada por el otro lado.
Pero tuya más porque era a quien yo conocía y creía. Y porque sabías por mi historia cuanto me dolía una herida así.
Porque te enojabas conmigo cuando desconfiaba, aún cuando sabías que me estabas dando la puñalada por la espalda.
Porque me decías que eras bueno y honesto y confiable. Y sobre todo, me pedías que confiara ti.
Para sólo lastimarme duramente.
Por eso. Por eso eres tan horrible.
Tremenda mierda. Tú. La otra persona. Pero sobre todo tú.
Bastaba con tener los huevos para hablar de frente. Pero no, querías todo. Y cuando no te quedó nada. Pues ya sabías a donde volver. Donde no hay consecuencias a tus actos.

Y domar al ego y sanar aquello que a veces ni uno sabía que había, puede ser tremendo. A veces quedan residuos y hay que seguir lavando. Que el agua se siga llevando los remanentes. En este caso, que la escritura siga purgando.

Sí se acaba

No. Sororidad no significa callar cuando otra mujer conscientemente sabe que hace mal.
No se trata de si ella va a tolerar la mierda del hombrecito o no. Es sobre la sororidad de pedirle al hombrecito que tenga los huevos de ser honesto y decente. Porque sororidad, es no hacer lo que no te gustaría que te hicieran.
Sororidad no significa que ella no se enoje y desprecie lo que has hecho. Cada quien cava su propia tumba.
La sororidad es como la libertad, se acaba donde empieza la del otro. En este caso, no va a haber sororidad con una mujer que decididamente hace algo que sabe daña a otra mujer. No tiene que ver con si se concuerda o no con las decisiones. Es la empatía de que no quisieras que te hicieran eso a ti.
Y más si es un rollo que ya lleva tiempo.

La sororidad se acaba y nada tiene que ver con ese ente masculino. Se acaba como se acaban otras cosas, porque hay veces que de nada sirve darla si no es recíproca.

Ganancias

Mayor introspección.

Almohadas sin lágrimas.

Estómago sin dolor.

Cabeza más fresca.

Identificación frente al espejo.

Claridad amorosa.

Sonrisas sinceras.

Bailes alegres.

Bebidas tranquilas.

Paz musical.

Cero dudas.

Yo.

Tú quieres que te diga
Por qué tengo esto
Si es que estoy aquí
Es porque lo merezco
Si camino libre
Salgo positiva
Bebo en copa de oro
Es porque lo merezco
Salgo pa’ la calle con todo lo bueno
Basta mi sonrisa
Pa’ dejarte quieto

(Camilo Rodriguez / Carlos Felipe Quiroz / Diana Herrera / Andres Alberto Jiménez – Combo Chimbita)