Reparando daños

Al final no importa que tiraras a la basura todo lo que te di y dijiste agradecer.

Pero sí, duele y enoja qué más de una vez me hayas mirado a los ojos, tomado las manos y besado, mientras mentías. Qué ganas de joder. Te conté lo que me dolía y justo eso hiciste. Te confié mis dolores porque me pediste que me abriera a ti. Que te dejara entrar. ¿Para qué ser tan cruel?

Duele que hayas sido tan cruel y despiadado para jugar al ajedrez con mi persona.

Pero lo que también enfurece es que te pusieras en posición de víctima, mientras eras tú quien dañaba. Que te enojaras si no te creía. Pedirme que te creyera, para que fueras tú quien se sintiera en confianza. Siendo tú el que traicionaba esa confianza y no era honesto.

Algo no anda bien contigo.

Eres la persona más cruel, mentirosa y decepcionante que he conocido hasta el momento.
Y aunque sé que hay peores y más violentos, supongo puedo decir que agradezco y tengo la suerte de no haberme topado con nadie como tú o peor hasta ahora.

Que fea persona eres.
Diciéndome cuanto me quieres, cuanto me respetas, cuanto te importo… Y sólo apuñalado. Y además, ofendido cuando te confronté.

Diciéndome que tus sentimientos por mí son verdaderos, que tu amor es puro…. Mientras lo ahogabas en la pestilencia de tus actos. No sabes que es el amor.

¿Sabes? Que fea persona eres.

Y así a veces de repente me invaden aún esos sentimientos de rabia y asco. Lo bueno es que sé que irán desvaneciendo. Es un proceso. Lleva tiempo. Pero ya los veo venir, los saludo y los dejo pasar. Conversamos, los expreso y luego los despido. A veces se siente como vomitar algo que hizo daño, supongo es la metáfora adecuada en este caso.

Suturas

Qué horrible y triste es confiar en alguien y que abuse de esa confianza.
Qué miserable y decepcionante es quitar el velo de virtudes a quien quieres.
Qué fatal y tétrico es quedarte con un cúmulo de dolores y mentiras.
Ahí parado, donde alguna vez pensaste que era un lugar seguro.
Te apuñalaron por la espalda.

El mundo es un lugar terrible.
Sólo que uno nunca quiere pensar que el cuchillo duerme al lado de uno.

Después de la sangre, el desamor resulta una gran forma de (re) aprender del mundo. Las palpitaciones recuerdan: estoy vivo.

Grande volverse a ver ahí parado, pero ya suturado.

Mimetismo

Leí algo hoy: tener una relación con alguien que tiene rasgos narcisistas, es como que alguien te empuje del 20° y ser atrapado antes de que te estampes con el piso. Lo peligroso y confuso de esta dinámica es que quien te empuja es quien te atrapa también.
El abusador se vuelve el salvador también.

Ahora, sal de esta dinámica.

Lobo con piel de oveja.

Reine

Sí cruzamos el puente.

Sí subimos la escalera.

Sí nos encontramos sin querer.

Sí nos alumbró la luna.

Sí fuimos primavera y verano.

Y otoño e invierno.

Si estiramos el cuello.

Sí fuimos victoria.

Sí fuimos libertad.

Sí fui. Sí soy.

Sí se acabaron los ases.

Sí cambiaron las cartas.

Sí fue otra jugada.

Pude usar el joker.

Me fue bien.

Ahora tengo la reina en las manos.

Brindis

No me gusta mucho cuando me entran esas ganas malditas de gritar lo que al parecer se me quedó atorado en la tráquea.

No me gusta no porque le tenga miedo a mis palabras, sino porque salen de tras bambalinas las desgraciadas. No me dejan planear la presentación.

Se habían estado escondiendo. Y lo que se esconde luego sale como furia.

No me gusta porque siento que me traicionan. Yo las quiero y las abrazo y les doy paso y las despido cuando es necesario. Y resulta que hay algunas que se escabulleron y cuando se sienten alentadas por la bacanal, se dejan fluir como cascada.

Malvadas.

Pero al final nos volvemos a reconciliar. Su euforia me causa un poco de dolor al momento, después las entiendo y las vuelvo a recibir. Están siendo al final una proyección. Y al final, me río.

Para qué arrepentirme. Al final no han hecho nada grave, sólo han hecho aquello para lo que fueron creadas, expresar.

Y así, cargadas de euforia y valentía, expresaron esa decepción, sorpresa, confusión, enojo y tristeza que las tiene marcadas.

Y al final, mejor afuera que adentro. Aunque el destinatario sea ciego y sordo. Al final mejor purgadas que ahogadas.

Y me río. Porque aprender a reírme de mí misma y con ternura, es el regalo más grande que estas condenadas me han ido enseñando.

No van a aprender sólo a flotar, van a nadar conmigo. Y aunque ahorita las aguas se sientan turbias, el dejarlas salir hará que lleguemos a esas aguas claras y mansas.

Ya no habrán de esconderse para luego salir disparadas a la provocación de Baco. Más bien habrán de encontrar su cauce en esta mente mía.

Memento mori

Y al final siempre está la muerte.
Sólo queda la muerte.
Es la que abraza a todos por igual.

Hoy que la muerte se siente tan cerca, sólo vuelvo a recordar que polvo somos y en polvo nos convertiremos.
Que esas cenizas fugaces hayan sido en algún momento algo cálido.
Que nuestro paso por esta tierra sea amable y no tenebroso.

¿Acaso en verdad se vive en la tierra?
No para siempre en la tierra, sólo un poco aquí. Aunque sea jade se quiebra, aunque sea metal precioso se hace pedazos, la pluma preciosa se rasga. No para siempre en la tierra, sólo un poco aquí.

– Cantares mexicanos (Folio 17r)